Humberto Maturana

Esta conferencia tiene una historia algo entretenida. Yo habia recebido una invitación para ir a Italia, a una reunión en la cual me invitaban a hablar sobre “Utopfa y el científico responsable”, de modo que tenía que conectar ciência,responsabilidad y utopia. Antes de partir, asistí a la presentación de un libro escrito por un joven filósofo chileno sobre marxismo. Uno de los que participó, de apellido Rojas, presidente de la FECH durante el gobierno de la Unidad Popular, habló de “Esperanza y Utopía”. Dijo que los seres humanos no podíamos vivir sin esperanza, que ella es consustantiva con lo humano. Al retirarme me fui preguntando si era cierto lo que dijo, si era cierto que uno requería Esperanza. Finalmente llegué al convencimiento de que la esperanza es un artificio absolutamente enajenante cuando se vive en ella, ya que lo lleva a uno a cegarse ante el presente y esto, porque la esperanza tiene que ver con aquello que de hecho no depende de uno. Lo humano no es consustancial con Ia esperanza, vivir en la esperanza niega lo humano. Esas fueron mis reflexiones.
Rojas también habló de Utopías, como si utopia y esperanza fuesen lo mismo. Yo me preguntaba si las utopías eran algo distinto de la esperanza. Las utopías tienen que ver con la experiencia, con lo que uno ha vivido, y en ese sentido son reveladoras de la historia personal o de la historia cultural. Estas dos ideas las usé en mi charla en Italia y después al regreso en Chile no escribí nada al respecto. Luego se organizó un encuentro en el teatro Municipal donde participé junto a Marco Antonio de Ia Parra sobre el tema “Utopía y Creatividad”. Y sobre ese tema escribí un artículo que me había sido solicitado por mi hijo Marcelo Maturana M. que fue publicado posteriormente, en una versión corta.
En mi encuentro Y conversación con Marco Antonio de la Parra él y yo hablamos de Utopía de una manera contrapuesta. Este artículo de Utopía y ciencia ficción es el produto de todas estas
reflexiones con respecto a la esperanza y a la utopía.

UTOPIA Y CIENCIA FICCION

Aunque hablaré de “utopías” y “ciência ficción”, no deseo hacer un comentaria literário. En verdad, no voy a hacerlo porque mi interés en este momento está en mirar y reflexionar acerca de los fundamentos emocionales de algunos aspectos de nuestro ser cultural actual, y usaré lo literário como una sonda que los revela.
Una cultura es una red cerrada de conversaciones que define y constituye todo el quehacer de una comunidad humana. Dicho de otra manera, una cultura es un continuo fluir en el lenguage y las emociones, que como un modo particular de entrelazamiento de coordinacíones de acciones y emociones, define y constituye el modo de vida de un grupo humano. Esto es, una cultura queda definida y constituída totalmente en el “lenguajear” y el emocionar de sus miembros y es en alguna medida, como podría decirse con un poco de audacia, su literatura. Y digo que una cultura es su literatura, porque esta última es un quehacer poético que fluye en un entrelazamiento del “lenguajear y el emocionar abstraído por el escritor de su vívir cotidiano.Más aún, digo que el escritor hace literatura porque en el hacer del escribir, él o ella transmuta las çonversaciones que cortstituyen su cultura en relatos que evocan su mismo emocionar pero no necesariamente su mismo hacer, y en los que, por esto último, los haceres que relata como sucesos, son ficticios.
Todo quehacer humano surge en el presente histórico del que hace. Ese presente histórico, sin embargo, no es un presente de relatos, no es historia hecha actualidad en una crónica, sino que es corporalidad transformada en la historia del vivir del que vive en ese presente, y que se halla, por eso mismo, en congruencia con la circunstancía en la que su vivir se da. Todo ser humano, por esto mismo, no puede sino que vivir en cada instante un presente que desde su corpalidad es a la vez su historia. El escritor es en esto como todo otro ser humano, pero vive su presente en el espacio del hacer en que surge su escribir, y al vivir así su escribir, se escribe a sí mismo en congruencia con su vivir. Ocurre,sin embargo,que el escritor, el artista,o, dicho en general,el poeta,en su obra revela dimensiones del vivir que desde el mirar no poético no se ven, pero que él o ella hace visibles a una mirada que acepta al mirar del poeta como válido. Es esta mirada la que yo quiero usar en mi comentario y reflexión, y mediante ella ver lo que el poeta muestra al escribir lo que llamaré “utopia” y “ciência ficción”.
No creo que la distinción entre utopía y ciencia ficción que haré a continuación sea una distinción que usualmente se haga de manera explícita en los comentarmos literarios, pero no importa.
Yo he leído lo que corrientemente se llama utopía y ciencia ficción, y me parece que la distinción que voy a hacer refleja una diferecia entre las distintas obras que reciben estos nombres que no es siempre reconocida al nombrarlas, pero que se ve y quiero destacar. Así, llamaré utopias a obras literarias tales como novelas, ensayos, poemas… que expresan añoranza por un modo de convivir humano en dimensiones de honradez, cooperación, justicia, equidad, respecto por el otro, integración armónica con el mundo natural, y en el que no exista la miseria ni se produzca el abuso sistemático como modo de vívir. Un modo de vivír humano sin discriminaciones sexuales, raciales, de intefigencia o de clase, y sin sometimiento a una autoridad que subordine sistematicamente unos seres humanos a otros. Al mismo tiempo llamaré ciencia ficción a obras bterarias tales como novelas, ensayos, poemas.. que plantean un mundo humano que surge de la extrapolación de un presente tecnologico como si se tratase sólo de las consecuencias del devenir histórico. Una vez planteada esta distinción no parece del todo extraña, en verdad casi parece obvia y conocida. De hecho, cada vez que al mirar la vida cotidiana con sus luchas, abusos, e injusticias, hablamos de cómo debería hacerse esto o aquello desde la honradez y Ia equidad, se nos dice, desde ese mismo vivir cotidiano “eso es utópico” y cada vez que ahora miramos también desde lo cotidiano las dificultades técnicas en algún quehacer, y planteamos lo que pasaría si nos fuese posible alguna acción ahora técnicamente inaccesible, se nos dice “ ah ! eso es ciencia ficcion”, Cómo pasa esto?
Mencionaré algunos ejemplos literarios. Desde luego, según lo que digo, la Utopía de Tomás Moro seria una utopía, lo mismo, que la isla de Aldous Huxley, pero serian ciencia ficción Un Mundo Feliz, del mismo Huxley, y 1984 de George Orwell. Las dos obras que llamo utopías tienen que ver con la nostalgia por un modo de convivencia humana que se constituye desde la legitimidad del otro; y las dos obras que llamo de ciencia ficción son extrapolaciones tecnológicas, la primara, de las técnicas de fertilización arfificial y cultivo de tejidos, y la segunda, de las técnicas de propaganda y manipulación ideológica. También hay, por supuesto, obras literarias que, según lo que digo, son en alguna medida ambas cosas, y están construidas tanto con elementos de utopias como de ciencia ficción. Tal sería el caso, por ejemplo, de Mono y Esencia, también de Aldoux Huxley. Y hay muchas más que yo, en mi ignorancia, no puedo mencionar, pero que creo todos podríamos clasificar en las categorías que he señalado.

Utopía
El que esta distinción que propongo entre utopía y ciencía ficción sea posible, y de hecho se haga implícitamente en la vida cotidiana moderna, me sorprende e invita a la reflexión.En la utopía el poeta nos invita desde el emocionar, y deja el razonar a la zaga como un hilo secundaria que sigue el fluir de las emociones. Las utopías inspiran en el lector un ánimo nostálgico, una añoranza por una convivencia humana donde prevalezcan el respeto, la equidad, Ia armonía estética con el mundo natural, y la dignidad humana. Pero, cómo puede añorarse lo que no se conoce? Si vivimos una cultura centrada en la competência que justifica la negación del otro arguyendo la legítima superioridad del vencedor y Ia legítima inferioridad del perdedor, cómo es que podemos apreciar y desear un vivir utópico en la colaboración y en el respeto por el otro?; si vivimos una cultura que legitima la discriminación económica, racial, de inteligencia, de conocimientos, y sexual, arguyndo la legítima superioridad de unos y la legítima inferioriad de otros, cómo es que podemos apreciar y desear un vivir utópico en la equidad?; si vivimos una cultura que continuamente nos invita a parecer lo que no somos en la valoración de la apariencia y, por lo tanto, a vivir en la continua mentira de pretender lo que no se es, cómo podemos apreciar y desear un vivir utópico en la honestidad y sinceridad?; si vivimos una cultura que legitima la exploratión del mundo natural en aras del enriquecimento del explorador, cómo podemos apreciar y querer vivir un mundo utópico de respeto y armonia con lo natural?; si vivimos un mundo que usa la razón para justificar la manipulación y el control del otro, cómo podemos apreciar y querer vivir un mundo utópico cuya armonía surge de la libertad que entrega la coincidencia de propósitos y deseos en el simple placer de la convivencia, y no de la subordinación a las exigencias de otro?; y, por último, Si vivimos una cultura centra en la jerarquía y la dominación, cómo podemos apreciar y desear vivir un mundo utópico que niega el sometimento y el abuso? En fin, cómo puede tenerse nostalgia por lo que no se ha vivido? Pienso que esto pasa porque el mundo utópico que el escrítor revela, nos revela, y lo vemos u oímos porque tiene que ver con nuestro ser biológico cultural en lo que de hecho somos en el fundamento de lo humano y, por lo tanto, lo utópico no es en sí u-tópico.
No hace mucho, oí a alguien decir que los seres humanos necesitamos de esperanças y utopías. Yo píenso que no. Pienso que lo que necesitamos es vivir en la dignidad que se constituye en el respeto por nosotros mismos y por el otro como el fundamento de nuestro modo natural de ser cotidiano. Sólo puede añorarse lo que se tuvo y se perdió, y sólo se puede estar en la esperanza de que suceda algo cuyo suceder no depende de lo que uno haga. Durante el régimen de gobierno militar la vida democrátíca era una utopía, ya no lo es. Ahora el vívír o no en democracia es tarea nuestra. En tiempo de sequía se vive en la esperanza de que llueva, pues Ia lluvia no depende de lo que hagamos. Cuando Ia lluvia termina la sequía, se cumple una esperanza. Por esto pienso que, en tanto la mirada del poeta de lo utópico y su arte expresivo evocan en nosotros una añoranza por un cierto vivir, ese vivir evocado no puede sino ser un vivir conocido y perdido, no algo propio de la esperanza. Y, pienso también que en este caso, aunque lo que añramos está perdido en nuestra historia, lo conocemos no desde nuestro intelecto que mira aí pasado como un relato, sino que desde nuestro emocionar que tiene a esa historia como corporalidad en el presente.
El poeta, al escribir, revela su presencia en dimensiones ocultas, pero no ajenas a la mirada no poética. Y no podría ser de otra manera porque el escritor, quiéralo o no, solo puede mostrar la conectividad existencial que él o ella misima constituye y realiza como ser humano al configurar el mundo que vive en su convivir con otros. Más aún, el lenguaje cotidiano, con palabras como justicia, honradez, colaboración respeto, equidad y amor, tanto como abuso, control, exigencia, dominación y odio, muestra que lo que el poeta revela ya está presente, aunque oculto en nuestro vivir, antes que él o ella lo muestre. No es que el poeta sea un ser especial en alguma otra dimensión que en su placer en el dejarse llevar por la mirada poética. El poeta como todo otro ser humano muestra lo que es en cada instante de su vivir, pero al hacerlo devela lo que, aunque conocido, ha quedado oculto por la historia.
Así, a mi parecer, las utopías literárias revelam aspectos y dimensiones de lo humano que habiendo sido fundamento de su modo básico de vivir cotidiano, han quedado sumidas, o escondidas bajo otras, en la transformación cultural de la humanidad, pero que no han desaparecido porque son fundamentales de su constitucíón. El poeta las hace visibles con su mirada poética al obstraerlas del espacio cultural arcaico aún presente en su propria historia de un ser que las vivió en la confianza, respeto y aceptación total; en el encuentro cotidiano, lúdico e inocente con su madre, y en los cuentos y mitos que escuchó antes de vivir la continua mentira del mundo adulto de las apariencias. Pero lo que el poeta de las Utopias hace no consiste sólo en mostrar un pasado infantil, muestra también un pasado cultural y biológico del, que la biología y arqueología dan prueba:lo humano no surge desde la lucha, la competência, el abuso, o la agresión, sino que desde la convivência en el respeto, la cooperación, el compartir, y la sensualidad, bajo la emoción fundamental del amor.

Cíencia flcción
Al escribir ciencia ficción el poeta hace algo totalmente diferente que al escribir utopías. Así como en la utopía el poeta se revela desde su emocionar, en la ciencía ficción se revela desde su razonar. En la ciencia ficción el poeta nos muestm más de lo mismo, y lleva nuestro razonar al lmite de lo posible desde un punto de partida en el presente que él o ella escoge, dejando el emocionar a la zaga como un complemento básico , pero de hecho secundario. La ciencia ffcción no nos lleva a la añoranza sino que a la intención, al deseo de exagerar lo que se vislumbra en lo que ya se tiene, magnificándolo casi en un delirio de grandeza a qualquer precio. Y si Ia ciencía ficción apunta a la extrapolación del presente a cuaiquer precio, es, de hecho, una empresa productiva en la que no importa lo que se pierda en el proceso, sea esto la equidad, el respeto,la colaboración a la justicía, siempre que se obtenga el producto que se desea. Por eso no nos extraña si nos muestran la maravilla del “desarrollo tecnológico” de una empresa moderna diciéndonos que es algo de ciencia ficción en un destello deslumbrador que oculta la miseria, el sufrimiento, el daño ecológico, o el abuso sobre el que se sustenta. El poeta de ciencia ficción muestra en su mirar poético la ambición como la enajenación que nos ciega ante el otro, y que, finalmente, nos desquicia porque rompe el amor que funda lo humano y lo social

Los poetas
El poeta de lo utópico, inmerso en la multidimensionalidad de la red de conversaciones de nuestra cultura patriarcal europea saca al presente, la mayor parte de las veces sin darse cuenta, las conversacíoines no patríarcales que constituyen el trasfondo matrístico de lo patriarcal europeo y las revela como un germen síempre activo, y de hecho, en su ausencia presente. El poeta de la ciencia ficción, igualmente inmerso en la red de conversaciones de nuestra cultura patriarcal europea, muestra exageraciones dislocadas de otras dimensiones de lo humano en la enajenación cultural de Ia guerra y ei abuso, de Ias jerarquias y la obediencia, del control y la discriminación. Y lo hace revelando su carácter circunstancial como dimensiones culturales del vivir que aparecen, tarde o temprano, como enajenaciones en último término basicamente contrarias a lo humano, y que lo destruyen. Entre ambos poetas yo, simplemente lector común, me encuentro y veo que el poeta al mostrarme lo que me muestra en las utopias y la ciencia ficción, me enfrenta a mí mismo, y me devuelve la responsabilidad de elegir qué mundo quiero vivir, porque todo lo que me muestra es parte de mi presente, ya sea como fundamento o como enajenación.

Conferencia dada en la Bienal de Utopía, Cascais, 1995, comisariada por Leonel Moura